La eficiencia del jengibre para las nauseas en el embarazo

Los rizomas de Zingiber officinale, jengibre, se han usado desde la antigüedad como antídoto tradicional para las afecciones gastrointestinales. Los ingredientes más activos del jengibre son los principios picantes, singularmente los gingeroles y los shogaoles. Múltiples estudios preclínicos y clínicos han evaluado el jengibre como tratamiento eficiente y seguro para las náuseas y los vómitos en el contexto del embarazo y como tratamiento adyuvante para las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia. Ahora, ofrecemos una actualización y un análisis del empleo del jengibre para las nauseas y los vómitos, centrándonos en los modelos y presentaciones de jengibre libres. Asimismo examinamos las propiedades farmacocinéticas del jengibre y resaltamos el tipo y la posología del jengibre y sus metabolitos.

El jengibre (Zingiber officinale Roscoe) es una yerba perenne perteneciente a la familia de las Zingiberaceae, que se cultiva primordialmente en Asia y en las zonas tropicales, y es una de las yerbas más esenciales y de mayor consumo en el mundo entero. Cultivado por su tallo comible (rizoma), el jengibre se ha usado desde la antigüedad como condimenta y como yerba medicinal para tratar distintas enfermedades, eminentemente gastrointestinales, como las náuseas, los vómitos (emesis), la diarrea y la dispepsia, y asimismo distintas enfermedades, como la artritis, los dolores musculares y la fiebre.

Esta larga y afianzada historia de empleo medicinal en humanos ha estimulado la realización de ensayos clínicos para valorar a nivel científico la eficiencia del jengibre como terapia coadyuvante o bien como medicina complementaria y opción alternativa (MCA) en una serie de indicaciones relacionadas con las náuseas y los vómitos; las más estudiadas son las náuseas y los vómitos en el embarazo (NVP), las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia (CINV), las náuseas y los vómitos postoperatorios y, en menor medida, el mareo.2 El jengibre se considera una yerba segura para el consumo humano.

gengibre para las nauseas

El jengibre aparece en la lista de la Administración de Comestibles y Fármacos de EE.UU. en general reconocida como segura y está incluido en las farmacopeas de numerosos países occidentales. El Compendio Británico de Yerbas incluye el jengibre como antídoto para los vómitos a lo largo del embarazo, así como otras indicaciones.

En verdad, las cápsulas de jengibre para las nauseas han estado libres en el R. Unido a lo largo de más de cuarenta años como antídoto para el mareo y como carminativo. En dos mil doce, la Agencia Europea del Fármaco publicó un informe de evaluación del comité de fármacos a base de plantas en el que se describía el empleo del jengibre en la prevención de las náuseas y los vómitos, y se concluía que existen pruebas clínicas plausibles de los efectos ventajosos del rizoma seco en polvo en una serie de afecciones relacionadas con las náuseas y los vómitos.

Esta revisión resume el desarrollo del jengibre como antiemético para las NVP y las NICV y asimismo se va a centrar más en una valoración crítica de los diferentes preparados y presentaciones de jengibre libres para los pacientes y la posología empleada.

Química y efectos farmacológicos del jengibre para las nauseas 

El rizoma del jengibre contiene una enorme pluralidad de metabolitos secundarios biológicamente activos. El rizoma contiene entre un 1 por ciento y un cuatro por ciento de aceites volátiles y una oleorresina.6 El fragancia y el sabor propios del jengibre se deben a estos aceites volátiles y asimismo a los compuestos fenólicos no volátiles, que tienen propiedades punzantes.

Los aceites volátiles (extraídos al vapor) están formados primordialmente por hidrocarburos sequiterpénicos, predominantemente zingiberol, que da sitio al aroma propio del jengibre. Los fitoquímicos fenólicos no volátiles del jengibre consisten en gingeroles, shogaoles, paradoles y zingerona, y se pueden fraccionar más de treinta compuestos relacionados con el gingerol desde el jengibre crudo.

Los gingeroles corresponden a una serie de análogos químicos distinguidos por la longitud de sus cadenas alquílicas no ramificadas (n6-n12). De todos y cada uno de los gingeroles, el seis-gingerol es el fitoquímico del jengibre más rebosante y bien investigado.2

La primordial actividad farmacológica del jengibre semeja atribuirse a los gingeroles y shogaoles, que son los productos desecados de los gingeroles. Por ende, los gingeroles son los primordiales componentes del rizoma de jengibre fresco, al tiempo que los shogaoles, singularmente el seis-shogaol, son los componentes polifenólicos más rebosantes del jengibre seco.

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Con relación a sus propiedades antieméticas, el jengibre (y sus componentes) actúa periféricamente, en el tracto gastrointestinal, incrementando el tono y la motilidad gástricos debido a acciones anticolinérgicas y antiserotonérgicas.9,10 Asimismo se ha informado de que aumenta el vaciado gástrico.

Esta combinación de funciones explica la capacidad extensamente admitida del jengibre para calmar los síntomas de los trastornos gastrointestinales funcionales, como la dispepsia, el dolor abdominal y las náuseas, que de manera frecuente se asocian con una minoración de la motilidad gástrica. Si bien el modo perfecto de acción preciso del jengibre con relación a sus propiedades antieméticas aún se está desvelando, 3 estudios recientes han investigado la acción del jengibre sobre las actividades de los receptores de serotonina (cinco-hidroxitriptamina, cinco-HT3 y cinco-HT4) y colinérgicos (M3).

Partiendo de la patentiza de que los medicamentos quimioterapéuticos emetógenos aumentan la concentración de cinco-HT y activan la actividad del nervio aferente vagal visceral, Jin et al. usaron métodos de patch-clamp para estudiar los efectos del jengibre y sus componentes picantes sobre las corrientes entrantes evocadas por la cinco-HT en las neuronas de los ganglios nodosos de rata. Los resultados mostraron que el seis-shogaol, el seis-gingerol y la zingerona podían inhibir la contestación de la cinco-HT de forma dependiente de la concentración, siendo el seis-shogaol el que mostraba la mayor potencia.

Además de esto, la inhibición de la actividad de la cinco-HT se generaba de forma no competitiva, validando el trabajo precedente.10 Usando un enfoque metodológico diferente (ensayos de afluencia de calcio y de unión de radioligandos), Walstab et al.13 emplearon la expresión heteróloga para probar, por vez primera, el efecto inhibidor del seis-shogaol y del seis-gingeral sobre los receptores cinco-HT3 humanos recombinantes y asimismo sobre los receptores nativos de las neuronas entéricas del intestino humano.

Se verificó que esta inhibición no era competitiva, puesto que un oponente del receptor cinco-HT3, el GR65630, no fue apartado por el extracto de jengibre. Curiosamente, los dos estudios postularon que, puesto que la unión del jengibre a los receptores cinco-HT se genera en un lugar diferente al lugar de unión ortostérico de los oponentes cinco-HT competitivos, el tratamiento conjuntado con oponentes cinco-HT farmacéuticos conocidos podría acrecentar la eficiencia antiemética.

Además de esto, usando un bioensayo para los receptores contráctiles (M) tres (íleon de cobaya), Pertz et al.14 probaron que el seis-, ocho- y diez-gingerol y el seis-shogaol podían deprimir ligera mas significativamente las contracciones inducidas por el carbacol. En conjunto, estos estudios dan pruebas moleculares de que el jengibre antagoniza la activación de los receptores (M) tres y cinco-HT3, inhibiendo de esta manera las entradas aferentes al sistema nervioso que son estimuladas por neurotransmisores concretos, como la serotonina, liberados por el tracto gastrointestinal.

El jengibre asimismo se ha estudiado extensamente in vitro y en modelos animales de hipertensión, agobio oxidativo, infección por hongos y cáncer; en consecuencia, el jengibre se ha investigado en el tratamiento de muchos estados de enfermedad diferentes, como el cáncer, la osteoartritis y la diabetes. Estos temas quedan fuera del alcance de esta revisión, mas han sido objeto de múltiples revisiones recientes.

 

Presentaciones del jengibre para las nauseas

El jengibre se usa en numerosas formas, como fresco, seco, encurtido, en conserva, cristalizado, confitado y en polvo o bien molido. Las presentaciones pueden incluir cápsulas, tabletas, tinturas, tés y extractos líquidos. Obviamente, las concentraciones de los ingredientes activos (gingeroles y shogaoles) diferirán entre las distintas preparaciones y los pasos de procesamiento implicados.

En verdad, los gingeroles son térmicamente lábiles, y el grado de conversión de gingerol en shogaol seguramente va a tener un impacto significativo en las ventajas medicinales, en tanto que los 2 compuestos cambian en su biodisponibilidad y propiedades farmacológicas.

Un reciente análisis metodológico efectuado a través de cromatografía líquida de alto desempeño (HPLC) acoplada a la espectrometría de masas de tiempo de vuelo probó que los productos de polvo de jengibre seco contenían la mayor cantidad de compuestos relacionados con el gingerol (siete-catorce mg/g), seguidos del jengibre fresco (dos-dos. ocho mg/g) y los productos de té de jengibre en polvo (∼0,8 mg/g).19

Los intentos de valorar la eficiencia del jengibre en muchos ensayos clínicos podrían haberse visto desgastados por la falta de consistencia en la manera de jengibre empleada (fresco o bien seco) y asimismo en el régimen de dosificación. De los doce estudios revisados en un reciente metanálisis sobre el empleo del jengibre en la NVP, se describieron múltiples preparaciones, como galletas de jengibre, cápsulas de polvo de jengibre, cápsulas de esencia de jengibre, cápsulas de extracto de jengibre y jarabe de jengibre en agua.

Además de esto, la dosis diaria cambiaba de seiscientos a dos mil quinientos mg. De igual forma, en una reciente revisión sistemática sobre el empleo del jengibre en las NVC, los regímenes de dosificación habituales fueron de 1 a dos g de jengibre.

jengibre para las nauseas

Para conseguir el cumplimiento de los pacientes, sería preciso elaborar el jengibre en las formas de dosificación que sean prácticas de emplear, preservando los componentes activos. Al respecto, las cápsulas son la manera de dosificación común considerada para muchos medicamentos orales y existen diferentes metodologías para la preparación de gingeroles (y shogaoles) activos en forma de cápsula.22 En el metaanálisis precedente de NVP, diez de doce estudios emplearon jengibre en forma de cápsula y siete de siete los estudios revisados para CINV emplearon jengibre encapsulado.2

Teniendo presente la dosificación, hay una notable falta de información sobre la concentración de principios activos en los diferentes preparados empleados en los ensayos clínicos; ninguno de los estudios de NVP revisados previamente describió ninguna forma de análisis químico para cuantificar la concentración de principios activos, y solo dos de los siete estudios de NICV lo hicieron. Obviamente, se trata de una información esencial, en tanto que los preparados comerciales de jengibre pueden tener concentraciones muy, muy diferentes de gingeroles.

En una investigación sobre suplementos dietéticos de raíz de jengibre, Schwertner et al. usaron la HPLC para medir las concentraciones de ingredientes activos en cápsulas de jengibre compradas de forma local. Los resultados fluctuaron entre 0,0 y nueve con cuarenta y tres mg/g para el seis-gingerol, entre 0,16 y dos,18 mg/g para el seis-shogaol, entre 0,00 y uno con uno mg/g para el ocho-gingerol, y entre 0,00 y uno con cuarenta mg/g para el diez-gingerol, y, de forma algo alarmante, la dosis diaria sugerida varió entre doscientos cincuenta mg y prácticamente cinco g.23 La ausencia de componentes estandarizados del jengibre asimismo se ha puesto de manifiesto en un reciente protocolo de estudio para valorar el jengibre en el contexto de las náuseas inducidas por la quimioterapia.

En el diseño de este estudio, los autores han optado por emplear una cápsula de extracto de jengibre preparada de manera comercial que ha sido estandarizada para contener un cinco por ciento de gingeroles (refiriéndose a la concentración total de gingeroles), lo que equivale a quince mg de principio activo por trescientos mg de extracto de jengibre y es una cantidad usada en ciertos ensayos clínicos precedentes.24

Aparte de las diferencias en la cantidad de jengibre usada entre los estudios, los intervalos de dosificación asimismo cambian entre los ensayos clínicos. En este sentido, 2 estudios clínicos recientes han investigado la farmacocinética de diferentes preparados de jengibre en humanos.25,26 En el primer estudio, se administró a voluntarios sanos una sola dosis oral de jengibre, que fluctuaba entre cien mg y dos g, y se tomaron muestras de sangre periódicamente hasta las setenta y dos horas.

Los resultados mostraron que no se pudieron advertir gingeroles libres ni shogaol en el plasma; no obstante, estos analitos se advirtieron de manera fácil como conjugados predominantes de glucurónido y sulfato en el suero, lo que señala que los gingeroles padecen la oxidación de su cadena lateral fenólica.

Ampliando este análisis, exactamente los mismos autores desarrollaron una técnica más sensible y establecieron que las formas libres de diez-gingerol y seis-shogaol, como los metabolitos glucurónidos de seis-, ocho-, y diez-gingerol y seis-shogaol podían identificarse una hora tras la dosis oral de dos g de extracto de jengibre.26 Curiosamente, se determinó que la vida media de estos compuestos y sus metabolitos era de entre una y 3 horas en el plasma humano, y los ensayos de dosis múltiples establecieron que no se generaba acumulación de metabolitos. Ante estos resultados, puede ser prudente ampliar la frecuencia de las dosis, en las esperanzas de cumplimiento del paciente.

Si bien no hay un pacto consensuado sobre la dosis adecuada de jengibre, la mayor parte de los estudios clínicos aconsejan una dosis diaria segura de mil mg, cuando menos en el ambiente de la NVP.27-veintinueve En consecuencia, siete de los doce estudios descritos en el metaanálisis de Viljoen et al.20 emplearon esta cantidad final, y un análisis de subgrupos en este informe favoreció la dosis diaria más baja de <1500 mg para el alivio de las náuseas.

Como demostración, Ding et al.30 calcularon que mil mg equivalen a una cucharadita (cinco g) de extracto de jengibre fresco rallado, dos mL de extracto de jengibre líquido, 4 tazas (doscientos treinta y siete mL cada una) de té de jengibre preenvasado, 2 cucharaditas de jarabe de jengibre (diez mL) o bien 2 pedazos de jengibre cristalizado (1 pulg2).

La monografía de la Agencia Europea del Fármaco resumió las próximas dosis más usadas (hasta junio de dos mil diez) NVP quinientos mg 3 veces al día a lo largo de 3 a 5 días, náuseas y vómitos postoperatorios mil mg a lo largo de una hora ya antes de la inducción de la anestesia, y cinetosis mil mg a lo largo de una hora ya antes de comenzar el viaje.5 La lista por norma general reconocida como segura de la Administración de Comestibles y Fármacos de EE.UU. establece que se pueden consumir hasta cuatro g de jengibre al día, si bien estas cantidades no acostumbran a alcanzarse en los estudios.

En verdad, la ilustración de Ding et al.30 sirve para advertir a los pacientes de la sencillez con que se puede superar la dosis máxima diaria dependiendo del género de jengibre consumido. Curiosamente, estos regímenes acostumbran a estimar el empleo profiláctico del jengibre para retrasar la emesis aguda, presumiblemente actuando de forma asociada al cebado de los receptores. En verdad, se ha probado que los tratamientos triunfantes para las NVIQ son los que se administran antes que empiece el tratamiento de quimioterapia.

Eficiencia clínica del jengibre

Como ya se ha dicho, el empleo más frecuente y bien establecido del jengibre es indudablemente su utilización para calmar los síntomas de las náuseas y los vómitos. En este sentido, tal vez sea recomendable mentar las diferencias entre náuseas y vómitos. Las náuseas se identifican por una sensación de malestar que se experimenta en la garganta y el epigastrio y que puede dar sitio o bien no a la expulsión del contenido del estómago, al paso que el vómito es la expulsión involuntaria y forzada del contenido del estómago.

Las náuseas y los vómitos pueden generarse separadamente, si bien como los vómitos prácticamente siempre y en toda circunstancia van antecedidos de las náuseas, de forma frecuente se consideran componentes de una sola entidad.32 Las náuseas son un fenómeno no perceptible, al paso que los vómitos son objetivos, y su aparición y frecuencia pueden medirse. En el campo clínico, se emplean múltiples instrumentos para valorar las náuseas y los vómitos basándose en el autoinforme.

El INV-dos o bien Índice de Rhodes de náuseas, vómitos y arcadas es un cuestionario de autoinforme de 8 ítems que mide las náuseas y los vómitos como entidades separadas y se usa frecuentemente como medida de resultados en estudios controlados.34 Otra herramienta común para medir las náuseas es una escala analógica visual (EAV) de 0-diez cm para puntuar la gravedad.

 

Náuseas y vómitos en el embarazo

Las náuseas y los vómitos afectan a una enorme proporción de mujeres al comienzo del embarazo. Se piensa que hasta el ochenta por ciento de las mujeres tienen algún grado de náuseas y vómitos a lo largo del primer trimestre del embarazo, y para la mayor parte de las mujeres, los síntomas acostumbran a desaparecer a las doce-catorce semanas de gestación.

Conocido de manera coloquial como náuseas matinales, este término es meridianamente equivocado pues los síntomas pueden aparecer en cualquier instante del día.37 En un pequeño porcentaje de embarazos (entre el 0,2 por ciento y el cinco por ciento ), pueden generarse náuseas y vómitos persistentes y excesivos que dan sitio a deshidratación, desequilibrio electrolítico y pérdida de peso (lo que se llama hiperémesis gravídica) y es una de las primordiales causas de ingresos hospitalarios a lo largo de la primera mitad del embarazo.

Obviamente, esta afección, de manera frecuente desgastante, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de la mujer, tanto personal como profesional, y puede ser emotivamente traumática. La causa precisa de la NVP prosigue sin estar clara y seguramente depende de múltiples factores.39 Entre ellos, una etiología generalmente admitida se atribuye a los cambios hormonales que se generan a lo largo del embarazo, como la elevación de la gonadotrofina coriónica humana sérica,40 los estrógenos,41 y asimismo la infección por Helicobacter pylori.42

En nuestros días se dispone de múltiples fármacos para el tratamiento de la NVP. La emesis puede tratarse con medicamentos conocidos como antieméticos, sobre todo oponentes de los receptores de serotonina (cinco-HT3). No obstante, muchas mujeres son cautas con los fármacos por temor a dañar al embrión, singularmente teniendo presente que la NVP acostumbra a generarse a lo largo del frágil periodo de la organogénesis embrionaria.

En consecuencia, la popularidad de la medicina complementaria y opción alternativa, incluyendo los fármacos no farmacológicos y los extractos de yerbas, ha crecido sensiblemente en los últimos tiempos, y se ha observado una alta frecuencia de empleo de la medicina complementaria y opción alternativa a lo largo del embarazo.

Un reciente estudio multinacional sobre la prevalencia del empleo de la medicina a base de yerbas en el embarazo descubrió que más del veintiocho por ciento de las mujeres participantes usaban yerbas.

De las ciento treinta y cuatro yerbas diferentes empleadas, el jengibre y el arándano colorado representaban la mayor parte de las yerbas (veintitres,5 por ciento y veintidos,7 por ciento , respectivamente), siendo la valeriana y la frambuesa asimismo opciones populares.

El impacto del empleo del jengibre como antiemético en la NVP se ha investigado extensamente en estudios clínicos a lo largo de por lo menos treinta años. Debido a la heterogeneidad inherente al diseño de los estudios y a inconvenientes eventuales de calidad, no todos y cada uno de los ensayos clínicos azarosos pueden incorporarse a un metaanálisis. Sin embargo, muy últimamente se han publicado 2 metaanálisis de ensayos clínicos azarosos .

En el menor de los 2 metaanálisis, 6 estudios efectuados entre mil novecientos noventa y uno y dos mil nueve cumplían los criterios de inclusión, y quinientos ocho sujetos fueron asignados de forma aleatoria a percibir jengibre (∼1000 mg diarios) o bien placebo. Como era de aguardar, estos estudios cambiaron en la formulación y la dosis de jengibre: 3 estudios administraron doscientos cincuenta mg de cápsulas de jengibre 4 veces al día28,29,49; una investigación usó trescientos cincuenta mg de cápsulas de jengibre 4 veces al día,50 una investigación administró doscientos cincuenta mg de jarabe de jengibre 4 veces al día,51 y una investigación administró quinientos mg de jengibre en polvo en galleta, 5 galletas al día.

Si bien la duración del estudio asimismo varió (entre 4 días y 3 semanas), usando un punto y final de mejora de la PNV temprana, el metaanálisis probó que el jengibre era mejor que el placebo en la mejora de la PNV cuando se administraba a una dosis de ∼1000 mg/durante cuando menos 4 días.

Los autores del metanálisis concluyeron que el jengibre era una alternativa no farmacológica eficiente para la NVP y que era mejor que el placebo. En la segunda revisión sistemática y metaanálisis, Viljoen et al.20 estudiaron la eficiencia del jengibre administrado por vía oral como tratamiento para la NVP en mujeres embarazadas en cualquier etapa del embarazo y examinaron estudios aleatorizados desde mil novecientos noventa y uno hasta dos mil once.

De trescientos dos registros identificados por medio de la busca en la base de datos, doce estudios cumplieron los criterios establecidos por los autores, con mil doscientos setenta y ocho mujeres embarazadas y también incluyeron los 6 estudios revisados por Thomson et al.

Los 6 estudios auxiliares usaron cápsulas de jengibre de diferentes dosis: ciento veinticinco mg 4 veces al día,53 doscientos mg 3 veces al día,54 trescientos veinticinco mg (× dos) 3 veces al día,55 y quinientos mg 2 veces56,57 o bien 3 veces58 al día. Se evaluó el jengibre frente al placebo en siete de los doce estudios.

Los resultados individuales de los 7 estudios concluyeron que el jengibre fue más eficiente que el placebo para calmar la intensidad de las NVP en general; no obstante, solo 3 de los 7 estudios concluyeron que el jengibre fue más eficiente para reducir el número de capítulos de vómitos (si bien hubo una tendencia a la mejora).

En 4 estudios que valoraron el jengibre en frente de la administración de suplementos de vitamina B6, un tratamiento frecuente de primera línea para las náuseas, 3 estudios no notificaron de ninguna diferencia entre los 2 conjuntos,50,57,58 y una investigación mostró que el jengibre mejoró significativamente los síntomas de náuseas y vómitos.

Aparte de este metaanálisis, una investigación publicado últimamente tampoco halló diferencias significativas entre el conjunto de jengibre (cuarenta y siete pacientes tratados con doscientos cincuenta mg de jengibre 4 veces al día) y el conjunto de vitamina B6 (cuarenta mg un par de veces al día).59 Una investigación evaluó la eficiencia del jengibre frente al medicamento antihistamínico dimenhidrinato y descubrió que el jengibre era igualmente eficiente, con menos efectos secundarios.

Finalmente, una investigación usó metoclopramida, un oponente de los receptores de dopamina, como comparador. Los efectos del jengibre no fueron significativamente diferentes de los conseguidos con la metoclopramida.

Como conclusión, Viljoen et al reconocieron el número limitado de estudios y la baja calidad de las pruebas, mas basándose en ellas, el jengibre podría ser una alternativa probablemente eficiente para las mujeres con NVP, si bien se precisan ensayos estandarizados de importante tamaño.

 

Cuestiones de seguridad del jengibre

Los efectos desfavorables tras la ingestión de jengibre son inusuales, mas pueden incluir dificultades gastrointestinales leves, como pirosis (acidez o bien reflujo)71 y eructos.

En una investigación de veintisiete voluntarios sanos a los que se les administró una sola dosis oral de jengibre (entre cien mg y dos g), las primordiales toxicidades asociadas al tratamiento fueron las molestias gastrointestinales menores.

Pese a que estudios precedentes señalaban que el jengibre podía interferir en la agregación plaquetaria y provocar una hemorragia excesiva, en una investigación cruzado aleatorizado de doce voluntarios sanos que tomaron uno con dos g de rizoma seco 3 veces al día a lo largo de un par de semanas, el jengibre no afectó a la agregación plaquetaria y no tuvo ningún efecto sobre la farmacocinética o bien la farmacodinámica de una dosis única de veinticinco mg de warfarina tomada el día setecientos setenta y tres.

Se puede destacar que el metaanálisis de NVP efectuado por Viljoen et al asimismo examinó la seguridad del jengibre como objetivo secundario. Los autores descubrieron que el jengibre “no supone un peligro de efectos secundarios o bien desfavorables a lo largo del embarazo”.

Además de las pruebas de nivel I, la seguridad del jengibre en la NVP se ha estudiado en por lo menos 2 estudios de nivel II (no azarosos o bien de cohortes). En el primer estudio prospectivo, se equiparó el resultado del embarazo de ciento ochenta y siete mujeres de la ciudad de Toronto expuestas al jengibre a lo largo del primer trimestre del embarazo con el de mujeres que habían estado expuestas a medicamentos no teratogénicos que no eran antieméticos.

No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los 2 conjuntos en lo que se refiere a nacidos vivos, abortos espontáneos, abortos terapéuticos, peso al nacer o bien edad gestacional. Una investigación de cohorte más reciente y de mayor extensión efectuado en Noruega (sesenta y ocho y quinientos veintidos mujeres) descubrió que el empleo de jengibre a lo largo del embarazo (mil veinte mujeres, uno con cinco por ciento ) no se asociaba a un mayor peligro de malformaciones innatas, mortinatos/parto perinatal, bajo peso al nacer o bien parto prematuro.

 

Conclusión

El jengibre es una hierba vieja empleada extensamente en la historia por sus numerosas propiedades medicinales naturales y, particularmente, como antiemético. Las mejores pruebas libres prueban que el jengibre es un tratamiento eficiente y asequible para las náuseas y los vómitos y que es seguro. Dada la disponibilidad de preparados de jengibre con ingredientes activos conocidos, sería interesante efectuar estudios preclínicos para conocer la eficiencia de los primordiales componentes del jengibre, incluyendo los gingeroles y los shogaoles. Asimismo habría que efectuar estudios de busca de dosis usando distintos extractos estandarizados para determinar con precisión la dosis eficaz y la preparación del jengibre. Los resultados de estos estudios podrían usarse para optimar el diseño de los ensayos clínicos para progresar la eficiencia del jengibre en las náuseas y los vómitos.