Infusión de menta

La infusión  de menta fresca es simple de preparar y marcha maravillosamente como infusión caliente o bien fría. Cada noche, tras la cena, puedes estar seguro de localizarme con una taza caliente de té de menta en mis manos. Una taza de té nocturna es un pequeño ritual que marca el final del día.

El acto de tomar un té es relajante, no es una cosa que se pueda hacer con prisas, sino demanda que uno vaya más despacio y se relaje. Para mí, es un instante vital de calma y confort ya antes de acostarme.

Lo fantástico del té de menta es que es muy simple de preparar. Puedes entremezclar múltiples géneros de menta, como la menta verde, la menta piperita y la menta con chocolate, para hacer tu mezcla singular, o bien sencillamente sostenerlo simple y quedarte con uno. Una de mis preferidas para la digestión es la menta, con lo que de manera frecuente preparo un fácil té de menta para tomar tras las comidas.

En el momento en que pruebes una taza de té de menta recién hecho, no volverás a tomar el té de menta seco que viene en una caja. No se puede cotejar el sabor de las hojas frescas con el de las secas. El té de menta fresca tiene un sabor refulgente y limpio, al paso que el sabor de la menta seca puede ser bastante amargo y desganado si se prepara a lo largo de demasiado tiempo. La clave es machacar las hojas frescas mientras que se preparan para liberar los aceites esenciales.

El té de menta fresca asimismo marcha maravillosamente como infusión fría. De noche lo hago caliente, mas a lo largo del día lo dejo enfriar (agregando un tanto de miel mientras que está caliente para dulcificarlo), entonces lo vierto en una jarra y lo guardo en la nevera para cuando desee tomar algo mentolado y refrescante.

Receta de la infusión de menta

INGREDIENTES

• 1/4 de taza de hojas de menta fresca (ecológica)
• 2 tazas/240ml de agua filtrada
• Miel o bien edulcorante al gusto

INSTRUCCIONES

• Rompe las hojas con las manos y colócalas en un colador pequeño puesto sobre una tetera o bien un bol de cristal.
• Lleva el agua a ebullición y viértela sobre las hojas. (El agua debe cubrir las hojas en el colador)
• Tapar la tetera o bien el cuenco y dejar que las hojas descansen a lo largo de cuando menos cinco minutos.
• Golpea suavemente las hojas de menta con el reverso de una cuchara de madera o bien un machacador para liberar los aceites, y después retira el colador presionando las hojas para extraer todo el líquido posible.
• Verter en tazas de té o bien tazas y dulcificar con miel o bien azúcar al gusto si se quiere.